Mientras el mundo sigue lidiando con las secuelas de la pandemia del COVID-19, las empresas se enfrentan a un mayor riesgo de fraude. Según un estudio reciente, el 46% de las empresas encuestadas han sufrido fraude en los últimos dos años.
Lo que ha llevado a que 7 de cada 10 organizaciones tengan al fraude informático como preocupación número uno.
Esta tasa de preocupación no surge de la nada, ya que coincide con un aumento del fraude alrededor del mundo. Desde las más conocidas como el phishing hasta las más antiguas como son las estafas al desempleo y prestaciones.
Es algo que vamos a responder a continuación. Además, también hablaremos de lo que pueden hacer las empresas al respecto para proteger a sus usuarios del fraude.
No hay una sola causa para el aumento del fraude post pandémico, en realidad hay tres razones principales para ello.
La economía global está pasando por momentos críticos como las altas tasas de inflación y problemas de suministro. Sin olvidar la invasión de Rusia a Ucrania. Todo esto ha llevado a que las personas e incluso las empresas tomen medidas desesperadas.
Se embarcan en busca de mejores oportunidades y terminan siendo presa fácil para los estafadores.
De allí que, el 70% de las empresas encuestadas por PwC hayan manifestado que han incrementado la inversión en seguridad informática. Tanto para la prevención de ransomware como en la seguridad de sus canales móviles.
Los ataques han aumentado en gran medida porque las empresas y los usuarios están haciendo un mayor uso de plataformas digitales. Desde el uso del e-commerce que creció 5 veces en los primeros tres meses del 2021, según cifras de Forbes
Hasta las redes sociales donde empresas y clientes confluyen para hacer transacciones e interactuar. Aunque estas pueden parecer plataformas seguras, en realidad son una puerta que los estafadores han sabido aprovechar.
PwC lo deja claro; “de aquellas organizaciones que experimentaron fraude en los últimos dos años, cuatro de cada diez estaba conectado a las plataformas digitales en las que confían”.
Esto se debe a que muchas empresas se vieron obligadas a dar un paso a la transformación digital sin estar preparadas. Por eso, el incremento de fraudes se ha acelerado después de la pandemia. Lo que nos lleva al último punto.
El crecimiento del comercio electrónico y la presencia en línea sigue siendo algo nuevo para muchas empresas. Así como lo es el home office y otras medidas que se han tomado durante y después de la pandemia.
Esto ha hecho que tanto empresas como trabajadores y clientes estén más expuestos a fraudes electrónicos.
Debido a su poca preparación no tienen las herramientas ni los sistemas adecuados para protegerse. De hecho, muchas organizaciones no tienen conciencia de los modelos de estafas comunes en la web.
Lo que se traduce en sistemas vulnerables, dando lugar al robo de datos, estafas financieras, etc.
Entonces, ¿qué pueden hacer las organizaciones para proteger los datos de sus usuarios y los suyos propios del fraude electrónico? De eso hablamos a continuación.
Antes de entrar en las recomendaciones de seguridad, debemos dejar claro que tanto personas como empresas pueden sufrir este tipo de fraude. De hecho, la preocupación en números es parecida.
Por ejemplo, 6 de cada 10 consumidores ha experimentado algún tipo de fraude en línea. Mientras que el 40% de ellos admite estar preocupado por el incremento de las estafas. Más aún, cuando los defraudadores siguen desarrollando nuevas tácticas para sus ataques.
Así lo demuestra un informe de la EUROPOL, donde detallan que los delincuentes pueden eludir las medidas de seguridad. Incluso aquellas en las que se utiliza la verificación de dos factores.
Ante estos desalentadores números, Preventor recomienda las siguientes medidas. Con ellas se busca proteger los datos de las empresas y también de sus usuarios.
En las organizaciones hay una confluencia de factores internos y externos, de allí que se deban tomar las siguientes medidas:
● Invertir en seguridad. Lo primero que debe hacer una empresa es tener software que prevengan todo tipo de fraudes, desde el ransomware hasta la usurpación de identidad de usuarios. Algo que será muy bien recibido por sus clientes al estar en un entorno más seguro y confiable.
● Conocer sus puntos débiles. Las organizaciones deben conocer todo el ciclo de interacción con clientes y proveedores, así como el proceso interno. De esta manera, sabrán qué productos y comunicaciones pueden ser más vulnerables a un ataque y así poder reforzar la seguridad.
● Centralizar los datos. Esta medida permite tener un mayor control sobre el ciclo de vida de todos los usuarios, incluyendo a los maliciosos. Además, se pueden configurar alertas y poder detectar a tiempo un posible fraude a la empresa o clientes.
● Promover el uso de la autenticación multifactor. Para el 2020, según datos de Statista, el 36% de los estadounidenses usaban la banca móvil. Es decir acceden al banco desde su celular. Por eso, los expertos en ciberseguridad recomiendan usar verificación en dos pasos (contraseña o huella dactilar más código de verificación). Así es menos probable que los estafadores obtengan los datos sensibles de los usuarios.
Con respecto a este último punto, Preventor ofrece una solución de autenticación biométrica. La misma brinda una verificación multifactorial continua de alto rendimiento.
Una de ellas es la biometría facial que es capaz de identificar caras parcialmente ocultas. Para ello se basa en un fino análisis alrededor de los ojos, así como una lectura de iris cuando el mismo está visible.
Además, también cuenta con biometría de voz, gestión de dispositivos, flujos de trabajo flexibles y detección de vida.
Esta tecnología es de gran utilidad para empresas financieras que buscan mejorar la experiencia de sus clientes, así como su seguridad al hacer transacciones en su plataforma. Lo que generará como resultado un mayor confort de usuarios existentes y atracción de nuevos clientes.