Se estima que el 60 % de los consumidores en el mundo hoy tienen una mayor expectativa frente a su experiencia en línea que antes de la pandemia, en tanto que el 55 % todavía dice que la seguridad es una prioridad máxima. Todo esto ocurrió en un período en el que las compras por internet y las transacciones virtuales fueron claves para mantenerse a flote en esta esta nueva normalidad.
Muestra de esta revolución de las tecnofinanzas es que, según el informe Global Identity and Fraud Report 2021, de la firma irlandesa Experian, el 60 % de los consumidores en el mundo ahora usa una billetera móvil, en comparación con el 53 % que lo hacía antes de la pandemia. Mientras que en el campo de la seguridad, el 82 % de las empresas ahora tiene una estrategia de reconocimiento de clientes implementada, un 26 % más que antes que comience la pandemia.
Y es que con millones de hogares confinados en el mundo, las operaciones a través de plataformas fintech vivieron un auge a partir de 2020 que ha facilitado la vida de los consumidores en un mercado cada vez más digitalizado. Esto a su vez ha puesto a este mercado en el radar de los atacantes y sus modalidades cada vez más sofisticadas de fraude.
De hecho, los fraudes relacionados con la identidad han cobrado protagonismo en este escenario de digitalización, ya que estos crecieron 3,36 % globalmente el año pasado, siendo el sector financiero uno de los más golpeados, tal y como lo advierte el informe Global Identity Fraud Report 2020 de Shufti Pro.
En este panorama, es importante para las compañías adoptar estrategias que les permitan contrarrestar los riesgos de ser víctimas de fraude, exponiendo los datos sensibles de sus usuarios, y a la vez fortalecer sus estrategias de Know Your Customer (KYC).
A continuación, cinco claves que deberán aplicar este año las empresas para dar un salto de calidad en la materia de la mano de especialistas como Preventor, la firma estadounidense con experiencia global que ofrece una solución contra los delitos financieros basada en la nube.
El primer paso para aplicar una política exitosa de KYC consiste en entender las verdaderas necesidades de la organización en función del objetivo que desea alcanzar, más allá de cumplir simplemente con las estrictas exigencias legales respecto a la acreditación de la identidad de los usuarios.
Los objetivos pueden ser reducir las tasas de fraude en el servicio que ofrece, o realizar un monitoreo constante de los riesgos existentes para aplicar medidas basadas en el análisis de datos.
Es por esto que antes de realizar cuantiosas inversiones y darse cuenta en el camino de la verdadera política de KYC que requiere, es preciso resolver interrogantes claves como el perfil de sus clientes o las reglas que debe cumplir en función del mercado objetivo en donde la mayoría de estos se concentran.
“ La aplicación de las políticas de KYC requiere un seguimiento constante que va más allá de la validación inicial de los usuarios, ya que en el camino las organizaciones se enfrentan a desafíos diarios como revisar actividades inusuales en las operaciones financieras o contrastar periódicamente la información de los clientes con las fuentes externas para garantizar fiabilidad”, dice Jaime Ramirez, CEO de Preventor.
Este proceso, tal y como lo explica BBVA API Market, está lejos de ser “estático” y requiere de un conjunto de herramientas para que se generen las “menores molestias posibles” a los clientes.
Una vez estructuradas las características de la política de KYC a la medida de su organización, es el momento de pensar en las soluciones tecnológicas que responderán a esas necesidades puntuales. En ese punto, las empresas deben ser conscientes que escatimar en inversiones tecnológicas puede resultar costoso a largo plazo y que cualquier capa extra de seguridad será determinante para luchar contra el fraude.
Adaptar herramientas automatizadas y basadas en la nube contribuye a identificar intentos de fraude en tiempo real, así como blindarse con varias capas para evitar ataques cada vez más sofisticados. Entre estos destacan los fraudes de identidad sintéticos, en los cuales el atacante combina información real con datos falsos para simular una nueva identidad, o los deepfakes, una técnica basada en inteligencia artificial para falsificar la imagen de una persona a través de la superposición del rostro de otra en un video para burlar los sistemas de reconocimiento.
¿Crear su propio software o contratar un proveedor de KYC? Esta es la pregunta clave que las fintech y toda institución financiera debe resolver en función de los costos que quieren asumir, dado que desarrollar un sistema de verificación de identidad requiere de experticia y adaptabilidad a los cambios que puedan surgir con relación a la normatividad, que suele ser muy estricta.
Esta decisión es clave, ya que la forma en la que se gestionan los procesos de KYC puede afectar “la fidelización de los clientes, los costes de mano de obra y, en última instancia, los ingresos y los márgenes de beneficios a largo plazo”, según precisa BBVA API Market. En este sentido, Preventor sugiere optar por un socio que ofrezca solidez basado en casos de éxito comprobados, precisión en la identificación del fraude con herramientas de última generación y sobre todo experiencia global para cumplir con las diferentes regulaciones en los sistemas financieros.
Una industria ágil pide adaptabilidad ya
América alberga en 2021 unas 10.605 nuevas empresas de tecnología financiera, siendo la región con mayor número a nivel mundial, poniendo en evidencia la gran competencia que existe en un sector que se renueva e innova constantemente, principalmente, en temas relacionados con prevención de fraude.
Esto obliga a los servicios financieros a ofrecer experiencias cada vez más ágiles, eficientes, adaptables y precisas. Si estas plataformas ofrecen experiencias móviles y web fáciles de usar, o tienen la capacidad de integrar nuevas API para agregar nuevas funcionalidades, pueden marcar la diferencia en este sentido.
Tras la pandemia, sin duda, el mundo cambiará de muchas formas y el perfil de los consumidores de servicios financieros basados en tecnología no será la excepción, teniendo en cuenta el acelerado proceso de adopción de soluciones digitales por el que pasó el mundo.
Los requerimientos de los usuarios son acordes a estas transformaciones, ya que según Experian un 74 % de los consumidores eligió la biometría física como su método de seguridad preferido, marcando una tendencia que sin duda retará a las fintech a mejorar sus políticas de KYC a lo largo de 2021, u n año que marcará la consolidación de herramientas como el reconocimiento facial y por voz en un mundo cada vez más mediado por los teléfonos móviles.